¿Cómo se diagnostica un trastorno de personalidad?
El diagnóstico principalmente es clínico, esto quiere decir que se basa en los signos y síntomas que la persona describe y lo que sus allegados observan. El profesional recoge esta información mediante la entrevista clínica. Una buena valoración, será personalizada y recogerá la historia de la persona, entendiendo la problemática globalmente.
Los tests y pruebas diagnósticas pueden ayudar u orientar, pero nunca deben ser el único medio para poder diagnosticar.
Siempre debemos recordar que las manifestaciones deben ser estables en el tiempo y también transituacionales, es decir, que estén presentes en varias áreas de la vida de la persona.
¿Puede una persona con trastorno de personalidad tener otros diagnósticos añadidos?
A veces puede pasar que el diagnóstico tarda en llegar, la enfermedad puede comenzar manifestándose de diferentes formas, progresar lentamente, hasta que se asienta en los inicios de la adultez. Por eso muchas personas llegan a consulta habiendo tenido otros diagnósticos previos en la niñez y/o adolescencia, como pueden ser el TDAH, trastornos de alimentación, depresión, entre otros.
También exista la posibilidad de que la persona reciba un diagnostico añadido, por ejemplo, cuando hay una dependencia a una sustancia, hablamos de patología dual.
¿Cuáles son las causas?
Existen varios factores que pueden influir en el desarrollo y manifestación de la enfermedad.
Siempre hablaremos de multicausalidad, es decir, causas genéticas, ambientales, sociales y situacionales se relacionan entre sí para formar la personalidad a lo largo del tiempo. El peso de cada una varía en función del tiempo y las circunstancias.
Respecto al Trastorno límite de personalidad, parece claro que existe una determinación biológica para el nivel de activación. Es decir, hay personas que nacen con una tendencia biológica a reaccionar más intensamente a niveles menores de estrés que otras personas, es decir son más sensibles ante ciertos estímulos, y tardan más en recuperarse.
¿Qué dificultades enfrentan las personas afectadas? ¿Por qué suelen ser frecuentes las crisis emocionales en las personas con trastorno de personalidad límite?
Suele existir un déficit de habilidades para poder regularse emocionalmente, es decir para poder modular y gestionar sus emociones, junto con una gran sensibilidad. Esto hace que tengan problemas en las relaciones personales, en el trabajo, con la familia, amigos, pareja, y sean frecuentes las crisis emocionales.
Esto termina afectando a su autoestima, aparecen sentimientos de culpa, ya que cuando pasa el momento de la crisis, suelen darse cuenta de cómo se han comportado, se sienten muy culpables, sienten vergüenza. Este ciclo se repite en el tiempo, sintiéndose incapaces de hacer algo al respecto, lo que genera sentimientos de frustración.
¿Qué tipo de terapia es adecuada para una persona afectada con trastorno de personalidad?
Dependiendo de la persona y la valoración que haga el profesional, se indicará tratamiento psicológico y/o farmacológico.
La medicación ayuda a atenuar y controlar los síntomas. Pero siempre va a estar indicado el tratamiento psicológico. Se busca disminuir el sufrimiento, buscando una mayor estabilidad y mejorando el funcionamiento de la persona en su vida diaria.
Es importante el compromiso e implicación de la persona para poder llevar adelante el tratamiento, para esto la persona tiene que ser consciente de su problema y querer recibir ayuda profesional.
¿Qué resultados se pueden esperar del tratamiento? ¿Se curan totalmente?
Cuando hablamos de trastornos de personalidad, existe un continuo de gravedad de las mismas. Así, habrá personas que manifiesten síntomas menos graves, en estos casos los resultados se pueden empezar a ver con relativa rapidez.
Sin embargo, en los casos de pacientes “más difíciles” o que ya llevan años a tratamiento, sin resultados, que acuden totalmente desmotivados y casi resignados, el tratamiento se hace más difícil, habrá casos en los que la calidad de vida de la persona mejore muy poco pero hay muchos otros, en los que la recuperación es posible. Además, incluso para aquellos que la recuperación es más complicada, mejorar algunos aspectos, puede ser de gran ayuda para el paciente y aquellos que le rodean.
La consciencia de enfermedad y la motivación para el tratamiento son fundamentales para el éxito de la terapia.
¿Cuál es el papel de la familia?
El papel de la familia es importantísimo en la recuperación de las personas afectadas. Los familiares nos ayudan a recopilar información, podemos orientar al núcleo familiar sobre cómo pueden apoyar al afectado, especialmente si éste convive con su familia.
La participación activa de los familiares en talleres para familias y/o sesiones individuales de asesoramiento psicológico, generan sentimientos de utilidad y comprensión acerca de cómo su comportamiento puede influir positivamente en la evolución de la persona que presenta el trastorno. A su vez, sirve de apoyo y contención a las mismas familias que muchas veces se sienten desbordadas, desorientadas y sin fuerzas.
¿Qué puedo hacer cuando la persona con trastorno de personalidad no quiere recibir tratamiento?
La implicación en el tratamiento es fundamental, si la persona se rehúsa, puede ser por una falta de consciencia del problema. Siempre desde la comprensión y respeto, empatizando con el sufrimiento que la persona tiene, los allegados pueden hacerle ver la necesidad de recibir ayuda.